jueves, 28 de junio de 2012

10 estrategias para recortar el Estado de Bienestar y no perder las elecciones en el intento

En entradas anteriores se ha llamado la atención sobre que los políticos están atreviéndose hoy a recortar el Estado de Bienestar incluso a pesar de que esto sea impopular (ya se vio en una entrada anterior que los ciudadanos siguen apoyando el Estado de Bienestar). ¿Por qué lo hacen si así se arriesgan a peder votos?

Aunque realmente los políticos quisieran satisfacer los deseos de los ciudadanos, no puede decirse que la opinión pública sea el único factor del que depende la adopción de medidas relativas a la reforma del Estado de Bienestar. La capacidad de decidir de las elites se encuentra constreñida debido al peso creciente en las decisiones de otros actores y factores, como los lobbies económicos y financieros que, por ejemplo, financian buena parte de las campañas electorales en algunos países, las instituciones internacionales, otros grupos de interés, las prioridades de los propios funcionarios públicos o la situación de partida de la economía, entre otros muchos. 

Además, los gobiernos han aprendido a esquivar el castigo de la opinión pública después de las frustradas experiencias pasadas de recorte de los años 80. Se han identificado al menos 10 estrategias que utilizan los gobiernos recortadores para evitar ser castigados en las urnas por parte de los ciudadanos: 

1) Deja para mañana lo que puedas hacer hoy, cuando el gobierno ha de adoptar una medida impopular respecto a un asunto, puede tratar de retrasar la entrada del tema en su agenda el máximo tiempo posible para así no generar situaciones de culpa. Las decisiones impopulares pesan más en el voto cuanto se adoptan más cerca del periodo electoral. Un ejemplo reciente de esta estrategia en España es el deliberado retraso de los presupuestos generales del Estado que contenían sustanciosos recortes en políticas sociales hasta después de las elecciones andaluzas.
2) No hay bien que por mal no venga: se puede redefinir el tema, de modo que las pérdidas se presenten como ganancias. Un recorte en las pensiones, por ejemplo, se presenta como una medida de garantía de la sostenibilidad del sistema. 
3) Más vale tarde que nunca: si cualquier decisión que se tome implica pérdidas para los votantes y éstas no pueden evitarse ni suavizarse, el gobierno también puede tratar de comprar tiempo. El Gobierno de España tomó en 2010 la decisión de retrasar la edad de jubiliación que es una medida impopular. Sin embargo, utilizó la conocida estrategia de demorar el efecto de los recortes, de modo que solo los que se jubilen dentro de unos años verán que les ha costado más tiempo conseguir una pensión que es además menos generosa; estos percibían el recorte como demasiado lejano como para castigar hoy.
4) Escurrir el bulto, tratando de que sea otro quien asuma la decisión impopular. Esta estrategia puede ser útil en el caso, por ejemplo, de los Estados multinivel parecidos al español, donde el gobierno central puede pasar la pelota de los recortes a las Comunidades Autónomas. Como la mayor parte del presupuesto autonómico se destina a sanidad y educación, está claro que habrá que recortar en estas áreas, pero la culpa a ojos de muchos ciudadanos será de las CCAA.
5) El chivo expiatorio, se sabe que los gobiernos recortadores corren menos riesgos electorales cuando pueden encontrar a alguien a quien culpar de las decisiones impopulares. Lo más socorrido es culpar a tus predecesores pero también se puede acusar a otros. En la actual crisis se puede recurrir desde la UE, al FMI o países terceros, Alemania por su obsesiva austeridad o Grecia por arrastrar tras de sí a los países de sur, o, claro, los mercados internacionales.
6) Subirse –o bajarse- del carro a tiempo. Para qué apoyar al gobierno en recortes impopulares, incluso aunque se esté de acuerdo con ellos, si logrará aprobarlos porque dispone de mayoría suficiente en el parlamento. En este caso un partido de la oposición con expectativas reales de ganar las elecciones puede preservar su apoyos e incluso ganar nuevos votantes.
 7) Cerrar filas, si el gobierno se ve obligado a adoptar una decisión impopular, también puede tratar de conseguir apoyos con la esperanza de que el consenso difumine la culpa. Los partidos de derechas suelen resultar más sospechosos de querer liquidar del Estado de Bienestar pero si logran el apoyo de la izquierda, los ciudadanos tenderán a pensar que quizá el recorte era imprescindible. La estrategia resultará más necesaria si el partido que propone el recorte tiene enfrente a otro con posibilidades de ganar elecciones al que los ciudadanos consideran mejor defensor del Estado de Bienestar. Se trata de una estrategia más importante si el que gobierna lo hace por mayoría absoluta, puesto que si asume en soledad las decisiones impopulares, será visto como el único culpable.
8) Sujétame que no respondo de mi, la modificación del artículo 135 de la Constitución española en 2011 puede servir para ejemplificar esta estrategia. Mediante esta modificación se introdujo el principio de equilibrio presupuestario que prevé que el déficit estructural no sobrepase el  0,4%. Este principio ata las manos a los políticos sobre el déficit y siempre podrá ser invocado como excusa para justificar recortes.  
9) Yo no quiero pero los datos hablan por si solos, siempre se puede recurrir a la contabilidad creativa e incluso a las mentiras, usando los datos de manera torticera o utilizando la parte de los mismos que sea más conviene. En el caso del Estado de Bienestar, con la finalidad de justificar recortes, es frecuente usar los datos de fraude o abuso del sistema y los datos sobre lo que cuestan las prestaciones y servicios, dejando de lado los beneficios que producen.
10) De todas formas habrá que hacerlo, gobierne quién gobierne y todo será peor si no se hace. El gobierno del PSOE aducía que los recortes serían peores si el PP llegaba al gobierno y éste, una vez en el gobierno, amenaza con que si no se hacen los recortes, llegarán los “hombres de negro”, en alusión a los funcionarios de la UE, con propuestas mucho peores.
Ahora ya las conocemos ¿cómo desmontarlas?

jueves, 21 de junio de 2012

Interesante libro sobre La herencia de Zapatero

Presentación del libro Colino, C. y Cotarelo R. -eds- (2012) España en Crisis: Balance de la Segunda legislatura de Zapatero. Madrid: Tirant Lo Blanch. 

Día 26 de junio, 18:30 en la Calle Bravo Murillo, 38, Madrid. 

El segundo mandato de Rodríguez Zapatero, entre 2008 y 2011, coincidió con la mayor crisis del capitalismo desde la de 1929. La economía entró en recesión en 2009 junto con otras europeas, el paro llegó al 20 por ciento de la población activa, el déficit alcanzó casi el 12 por ciento del PIB y la burbuja inmobiliaria con un fabuloso stock de viviendas sobrevalorado en un 40 por ciento, pusieron al país al borde de la quiebra en una Europa en que otros, como Irlanda, Grecia y Portugal tuvieron que ser rescatados. La crisis obligó al gobierno socialista a dar un giro de 180º en su política económica, que pasó del keynesianismo al neoliberalismo. En este libro reputados especialistas analizan con rigor los diferentes aspectos de la acción de un gobierno que desnaturalizó su programa en aras de la preservación del Estado.